Parecía lejano, pero después de unos meses muy raros, por fin volvemos a las clases. Este nuevo curso 2020/2021 estará lleno de novedades, de dificultades, pero también de buenos momentos y mucho aprendizaje.
Quiero empezar el curso compartiendo con vosotros un cuento de García Márquez, que tiene mucho que ver con el momento que estamos viviendo y que nos ayuda a reflexionar sobre nuestro mundo y el papel que tenemos lo seres humanos para mejorarlo.
ARREGLAR EL MUNDO
Un científico, que vivía preocupado con los problemas del
mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en
su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario
decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la
interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que
era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo
de distraer su atención.
De repente se encontró con una revista, en donde
había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras
recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a
su hijo diciendo:
_ Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie.
Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10
días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba
calmadamente.
_ Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.
Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó
que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que
jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de
sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo.Todos
los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era
posible? ¿Cómo el niño había sido capaz? De esta manera, el padre
preguntó con asombro a su hijo:
_ Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo
lograste?
_ Papá _ respondió el niño _ yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando
sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura
de un hombre.
Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer
al hombre, que sí sabía cómo era.
_ Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a
la hoja y vi que había arreglado al mundo.
PARA ARREGLAR EL MUNDO, HAY QUE EMPEZAR POR ARREGLAR AL
HOMBRE!!!
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